- Durante el tiempo que dura la situación de cuidado, los cuidadores experimentan problemas físicos, cambios en su vida, en sus roles así como un aumento de sus responsabilidades; todo este ajuste suele acompañarse de tensiones que van superándose o modificándose según nos vamos adaptando.
Dentro de los problemas físicos, el más frecuente es la aparición de lesiones en la espalda por la incorrecta movilización de la persona dependiente. Algunos consejos que podemos tener en cuenta para evitarlo son los siguientes:
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- Pedir la colaboración de la persona dependiente
- Mantener la espalda recta y protegerla en todo momento
- Separar bien los pies y adelantar un poco uno más que otro
- Flexionar las rodillas
- Aprovechar la inercia de peso del cuerpo
- Conocer y aplicar la legislación vigente en el entorno laboral relativo al manejo de cargas físicas.
- Planificar con antelación el cuidado y conocer la realidad .Es importante conocer la enfermedad y saber si se contará con ayuda en el cuidado; aquí es muy importante la división de responsabilidades y cómo se distribuirán.
- Prever cómo afectará el cuidado a sus relaciones personales, a su situación laboral y a su economía; no debemos olvidar que cuidar implica tiempo y dinero, tiempo que se extrae del que antes se dedicaba a la pareja, a los hijos o a las relaciones sociales. Es importante para evitar conflictos: incluir a la pareja y a los hijos en la toma de decisiones, conocer como ven ellos la situación y saber si van a participar, y no descuidar el reservar tiempo para estar con ellos y participar en sus vidas.
- Compartir problemas. Es importante compartir con otros sus sentimientos, experiencias y necesidades como cuidador. Si uno se los guarda para sí, va a ser muy difícil poder “cuidar” pues esos sentimientos estarán ahí haciéndose mayores y más fuertes y actuarán sobre ellos como una losa. Es importante tratar de aceptar ayuda cuando otros la ofrecen, sin sentirse mal por ello. No lo olvide: ¡¡está haciendo bien su trabajo!!
- Dedicar tiempo a uno mismo. Es muy importante que tenga tiempo para usted, pues esto le va a permitir relacionarse con otras personas, no perder sus hobbies y aficiones, y sobretodo ¡¡divertirse!!
- Conocer sus propios límites. ¿Es capaz de aguatar más tiempo?, ¿ya no puede más? Mucha gente se dará cuenta de cuanto puede aguantar antes de que la situación le sobrepase. Si está ante una situación insoportable, pida ayuda para evitar una crisis.
- No auto culparnos. Uno no es culpable de lo que está sucediendo, como tampoco es culpable el enfermo de lo que está demandando, el culpable es la enfermedad. Mejor que auto culparse es analizar qué es lo que me lleva a este sentimiento y qué puedo hacer para solucionarlo.
- Establecer límites y saber decir "NO". Debemos establecer límites cuando damos más ayuda de la necesaria, es decir, cuando creemos que debemos encargarnos de TODO lo que se nos pide o QUE SOLO NOSOTROS sabemos hacerlo. Esto tiene su riesgo, pues se está imponiendo objetivos imposibles y al no alcanzarlos aparecerá la culpabilidad.
Ante esta situación se han de poner límites y una de las formas más efectivas es DECIR NO, lo que no quiere decir que sea la más sencilla.
- Reconocer sentimientos. Cuidar implica experimentar diferentes sentimientos y emociones como son la tristeza, pena, culpa, enfado, preocupación, etc., que interferirán en su vida. Para poder enfrentar estos sentimientos negativos, primero debe reconocer que existen, es decir, como son sentimientos que les hacen sentir mal por experimentarlos, los niegan pudiendo aparecer otros como desesperanza, ansiedad o ira.
En la aparición de estos sentimientos negativos tiene mucha importancia la interpretación que el cuidador haga de su situación, es decir, lo que piense el cuidador sobre esta situación va a influir en lo que sienta. Si estos sentimientos aparecen lo que podemos hacer es:
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- conocer qué es lo que nos hace tener este sentimiento, es decir, cuál es su origen.
- conocer por qué nos hace sentir mal.
- aceptar estos sentimientos como normales y comprensibles.
- expresarlos con otras personas de su confianza.
- reconocer los propios límites:
- saber qué puede y qué no puede hacer
- definir prioridades a la hora de actuar
- buscar ayuda
- Combatir la soledad. Muchos cuidadores terminan apartándose de la sociedad y se limitan a estar con la persona enferma en sus casas. Ser un cuidador puede resultarle solitario, puede haber perdido la relación con la persona y haber perdido otros contactos sociales debido a las exigencias de su tarea. La soledad dificulta el sobrellevar los problemas. Es importante mantener las amistades y contactos sociales.