Decimos que una persona es dependiente cuando presenta una limitación en su autonomía personal para poder desenvolverse por si sola en su vida diaria.
El hecho de que una persona sea dependiente supone para el que la padece un efecto negativo que puede repercutir gravemente en su autoestima, seguridad y bienestar por no poder realizar por si solo/a determinadas actividades como caminar, pasear, comer, asearse...
En el caso de las personas mayores la sensación de malestar se incremento por el hecho de haber sido independientes en otras etapas de su vida.
Los cuidados a estas personas se llevan a cabo en la mayoría de los casos a través de sus familiares y a través de otros recursos como la Ayuda a Domicilio; entre los objetivos que pretende la Ayuda a Domicilio es fomentar la autonomía personal de las personas mayores y dependientes así como mejorar la calidad de vida de estas y de sus familias.
Hay una serie de factores que llevan a una persona a presentar una situación de dependencia:
- El propio proceso de envejecimiento.
- Enfermedades incapacitantes como pueden ser artrosis, fracturas, enfermedades cardiovasculares, tumores, trastornos de la audición y de visión que dificultan su relación con el medio y con los demás.
- Causas iatrogénicas, aquellas relacionadas con los efectos secundarios de la medicación.
- Causas psicológicas como la demencia (que lleva a presentar conductas extrañas o comportamientos anómalos) y la depresión.
- Causas ambientales como las barreras arquitectónicas.
- Causas sociales como la soledad y la falta de apoyo social.