Es muy importante saber reconocer los síntomas más habituales y que inciden directamente sobre el bienestar de los pacientes, para poder tratarlos adecuadamente. Las complicaciones más frecuentes en esta situación son: el dolor, la debilidad, la pérdida de peso y apetito, los síntomas digestivos, la disnea (dificultad para respirar) y los trastornos psiquiátricos.
- El dolor es uno de los síntomas habituales (aparece en el 70 – 80 % de los pacientes en fase terminal) y el más temido, tanto por los enfermos como por sus familiares. Las recomendaciones dadas por la Asociación Española Contra el Cáncer son las siguientes:
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- Administrar los medicamentos tal y como lo haya pautado el médico y no a demanda cuando el paciente tenga dolor.
- Ni la familia ni el enfermo modificarán las dosis o cambiarán el medicamento si no es bajo prescripción médica. Si el tratamiento pautado no es suficiente, debe comentarse siempre con los sanitarios, para que sean ellos quienes hagan los ajustes necesarios.
- El insomnio y el cansancio hacen que el dolor se intensifique. Es importante comunicárselo al médico para que lo tenga en cuenta a la hora de prescribir un tratamiento.
- Es importante que se sienta acompañado, sobretodo por la noche y rodeado de una ambiente confortable.
- El cansancio está presente en el 80% de los enfermos con tumores avanzados. Conocer la causa del agotamiento y tratarla es importante para aliviarlo, pero además, podemos seguir estos consejos.
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- La actividad física debe estar adaptada a la capacidad del enfermo.
- La ocupación del tiempo con actividades adecuadas puede reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
- En cuanto a la pérdida de apetito y peso (anorexia y caquexia) y a los trastornos digestivos (fundamentalmente náuseas y vómitos), es útil aplicar las medidas ya comentadas al hablar de la alimentación. No debemos olvidar en ningún caso la importancia de poner en conocimiento del equipo asistencial cuantos problemas aparezcan.
- La disnea aparece en un 70% de los enfermos con cáncer de pulmón y en el 40% de los pacientes que presentan otros tipos de tumores. A parte de las medidas farmacológicas que el médico pueda pautar, existen recomendaciones que podemos aplicar:
- El sentirse solos y desvalidos aumenta la ansiedad de estos pacientes, con lo que la disnea puede aumentar. Debe asegurarse un ambiente tranquilo, donde no puedan percibirse situaciones angustiosas.
- Si le cuesta respirar es mejor que descanse sentado o incorporado en la cama.
- Cuando la disnea no es muy intensa la relajación y los ejercicios de respiración pueden ser muy útiles.
- A veces, el hecho de abrir una ventana o colocar un ventilador puede ser un alivio para el enfermo.
- En cuanto a los síntomas psiquiátricos, podemos decir que los más frecuentes son la ansiedad, la depresión y el estado confusional, aspectos que trataremos en el capitulo siguiente.